Si es que la realidad siempre supera a la ficción. Hoy se celebraba una recepción para los estudiantes de doctorado, donde estaban invitados todos los profesores del departamento, y claro no ha tenido desperdicio.
La recepción ha tenido lugar en los
dorms, que son unas torres-colmena enormes donde vive la mayoría de los estudiantes. Y al vivir todos juntitos, se ha observado que cuando uno enferma, rápidamente enferma toda la planta...así que os podeis imaginar las medidas de seguridad con el tema de la gripe porcina. Todo el edificio está repleto de carteles que prohiben toser, estornudar o moquear, además de máquinas dispensadoras de mascarillas (prometo foto que demuestre el dato).
Pero el secreto de los
dorms es el siguiente: la universidad ofrece residencia gratuita a los profesores que quieran encargarse de guardar por el bienestar de los habitantes de la colmena. Así que, por tal sacrificio, les ofrecen un apartamento de 300 metros cuadrados, con todo el mobiliario y servicios que la universidad les ofrece (además de su estupendo salario). Haciendo cuentas, podría suponer un ahorro de cerca de
$5000 por mes. Todo un chollo.
La recepción tenía lugar en un apartamento de estos, cuyo profesor ha ofrecido sus servicios a la comunidad universitaria por la friolera de 12 años aproximadamente: "si es que él es muy sacrificado y lo hace todo por los estudiantes" (y nadie dice ni pío de lo forrado que debe estar este hombre, sin mencionar que seguro que tiene algún castillo por ahí perdido para cuando se jubile). Ahora ya se entiende un poco más todo esto: la única persona que puede permitirse pagar una recepción para cuantas personas quiera es este hombre,
BM.
Y como el apartamento estaba decorado principalmente con motivos africanos (hasta la decoración era de la universidad), pues ése será el lietmotiv para ilustrar lo que ocurría por allí: la vida en la academia americana, ay! no, la sabana africana.
Hambrientos (de comida gratis) y sedientos (de alcohol gratis), poco a poco se acercaban a la charca "alumnos de doctorado" y "profesores" en ese orden, ambos géneros muy complicados.
De todos los tipos de "doctorandos" que existen, nos honraron con su presencia los del género "vagos pero orgullosos", "cuerpos sin cerebro", "buenos potenciales" (en peligro de extinción en este continente) y los más peligrosos, "me creo que lo sé todo y le llevo la contraria al más pintao". Pero también tuvimos suerte de ver algún que otro ejemplar de "no tengo ni idea pero dando penita y lamiendo culos consigo lo que quiero". En cuestión de minutos, la charcha congregó a la mayoría de los "doctorandos", pero rápidamente la manada cambió de rumbo y se dedicó a la depredación indiscriminada y compulsiva de alimentos.
De entre los "profesores" que se acercaron a la charca, fuimos afortunados por los fabulosos ejemplares que pudimos observar. El género más puntual, cómo no, fue
"yo no me jubilo ni aunque me paguen", y concretamente fue un ejemplar de 77 años, que nunca se había pedido un sabático y ahora se sentía transgresora y moderna por empalmar medio año sabático con su retiro. Todo un ejemplar digno de disecar: permanente rubia plantino, gafas que cubren la cara entera, tamaño menguante y siempre con frases de gran sabiduría y acompañadas de una cita bíblica, si es que no se le ocurre cantar con bribato que parece que está saltando.
Otro género estupendo es el "estoy MUY MUY ocupado y me da la risa el agobio de los estudiantes", y claro la única conversación que ofrecía era sobre trabajo (todo el trabajo que no ha terminado y que le queda por hacer, porque la productividad no es su mejor cualidad...realmente es un misterio saber cómo ha llegado a ocupar ese puesto).
También tuvimos la oportunidad de observar al género "esto ya no tiene remedio así que le doy a la bebida", y es una suerte poder disfrutar de su compañía porque, además de ser profesionales, siempre contagian de su alegría y sus bromas suelen ser ácidas, si no es que se pasan con los tragos y se tornan cínicos.
Hay que decir que fue una sorpresa, no grata, encontrar en este continente, supuesta potencial mundial, el género "me acaban de contratar pero no tengo la más remota idea de qué pinto aquí". Es curioso, porque en este país se contrata a los profesores mediante diversas entrevistas personales con diferentes comités de selección, además de revisar tu CV. Pero por lo visto, el sistema es igual de corrupto que los que ya conocemos, porque ¿cómo es posible que haya un personaje que no sabe ni cómo dar una clase, y está asistiendo a las clases de otra profesora para aprender, y luego le dan un semestre entero para que se prepare el material del curso próximo?...sobre todo que no se agobie...estoy hablando de doctores contratados, no de becarios aprendices...muy bonito el mundo de la academia.
Y es que resulta curioso cómo convive el género en peligro de extinción "me gusta mi trabajo, me queda mucho por aprender y soy responsable" con todos estos géneros de profesores. Esto es un caso típico de extinción que podría explciarse perfectamente por la teoría de evolución de las especies, porque ni el entorno ni los compañeros de especie, permiten que sobreviva este género. Un sociólogo lo llamaría corrupción.
Y para finalizar, no podía faltar la presencia del jefe de la manada, "el decano", el cual facilitó que pudiéramos presenciar rituales de acercamiento muy diversos.
Si es que hay que tener en cuenta que en estos parajes la fauna es muy diversa, y a veces los límites que definen al depredador y a la presa no están claros: profesores que se comen a profesores, doctorandos que se comen a profesores, doctorandos que se lo comen todo...
Y es que rodeada de tal fauna, se me ha creado una duda de identidad, porque tuve que aclarar varias veces mi posición a más de 4 profesores, pero por si no era suficiente, también fue necesaria la aclaración para varios de los doctorandos.