Hoy ha caído en mis manos el siguiente poema:
...
de verdad que morir yo quiero
pues aquella llorando se fue de mí.
Y al marchar me decía: Ay, Safo,
qué terrible dolor el nuestro
que sin yo desearlo me voy de ti.
Pero yo contestaba entonces:
No me olvides y vete alegre
sabes bien el amor que por ti sentí,
y, si no, recordarte quiero,
por si acaso a olvidarlo llegas,
cuánto hermoso a las dos nos pasó y feliz:
las coronas de rosas tantas
y violetas también que tú
junto a mí te ponías después allí,
las guirnaldas que tú trenzabas
y que en torno a tu tierno cuello
enredabas haciendo con flores mil,
perfumado tu cuerpo luego
con aceite de nardo todo
y con leche y aceite del de jazmín.
Recostada en el blando lecho,
delicada muchacha en flor,
al deseo dejabas tú ya salir.
Y ni fiesta jamás ni danza,
ni tampoco un sagrado bosque
al que tú no quisieras conmigo ir.
Y claro, no me esperaba que fuera un poema sobre el amor entre dos mujeres, una muestra más de lo sorbido que me tiene el seso esta sociedad heterosexual en la que vivimos. Me gustaría ver el día en el que no me llamen la atención estos detalles, en el que no tenga ganas de celebrar la existencia de un poema como un pequeño logro. Un logro bastante grande cuando a cuadros he leído que la autora era la poetisa griega
Safo de Lesbos (ca. 650/610 - 580 a. C.). ¿Cuál sería la reacción de la autora al ver que su obra hoy en día se considera original y casi de culto? Imagino que triste.
Aquí va otro poema de la misma autora:
Me parece igual a los dioses ese
hombre que ahora está frente a ti sentado,
y tu dulce voz a tu lado escucha
mientras le hablas
y tu amable risa; lo cual, te juro,
en mi pecho el alma saltar ha hecho:
pues te miro apenas y mis palabras
ya no me salen
se me queda rota la lengua y, suave,
por la piel un fuego me corre al punto,
por mis ojos ya nada veo, y oigo
sólo un zumbido,
me destila un frío sudor y entera
un temblor me apresa, y cual la paja
amarilla estoy y mi muerte siento
poco alejada.
Pero todo habrá que sufrirlo, incluso...
Y claro, no he soportado la curiosidad de comprobar que no era casual que el nombre de esta poetisa guardara tanta similitud con la palabra "
lesbiana". Genial hallazgo etimológico.