Desde antes de navidad que sabía de esta exposición, pero más vale tarde que nunca, y en este caso realmente ha merecido la pena. Se trata de una exposición de la obra de Norman Rockwell (1894-1978) en el museo de arte de Fort Lauderdale.
Sólo había 10 minutos de cola al medio día. Después de pagar religiosamente una entrada de $15, una chica muy sonriente me ha dado una especie de teléfono que me guiaría por toda la exposición. El evento recibía el título de American Chronicles y contenía trabajos de la colección del museo de Norman Rockwell: óleos, bocetos, fotografías y documentos históricos de la época. El objetivo de la exposición era mostrar el estilo de vida americano, desde inocentes escenas infantiles hasta los asesinatos de Mississppi (1965). Uno de los artistas americanos más famosos del siglo XX, reconocido por su capacidad narrativa en el registro gráfico y por ser un observador nato de la naturaleza humana.
Esto es lo que dicen casi todos los libros, pero luego existe otra versión un poco más oscura, se le consideró por mucho tiempo racista y antisemita. Pero claro, de esto sólo me he enterado conversando y observando.
El caso es que en sus más de 300 portadas en el Saturday Evening Post no aparecían nunca ni negros ni judíos. Pero es que en el resto de su obra tampoco. Y para un artista contador de historias americanas, parece que está lejos de considerarse una mera casualidad el hecho de que omitiera esos personajes cuando, en el momento de publicar su primera portada, se modificaba leyes básicas de derechos de judíos, negros y esclavos; o estallaba la revolución de los derechos civiles con Luther King al frente, los americanos sufrían el Crash de Wall Street, los años de la gran depresión, el ataque de Pearl Harbour...
Como siempre, la moneda tiene dos caras. Se podría decir que pintaba el sueño americano, los deseos de las personas que seguían vivas a pesar de las penurias, pero no representaba a todos los americanos. Se dejó a unos pocos.
Pero en la exposición hubo más que obra colgada, no hubo gente de color ni judíos entre los visitantes. Sólo ancianos americanos que recordaban qué estaban haciendo en el momento de ciertas portadas...jugando en el jardín con mi padre, sentada en una mecedora con mi abuelo, acabábamos de llegar del lago...pelo blanco, bastón, pintalabios de color chillón, tirantes... Otra cosa que me resultó curiosa es que este pintor usaba mucho la fotografía como herramienta de trabajo, utilizando modelos próximos como familiares y amigos, es enorme el archivo de fotografías paralelas a cada obra. Y claro, para incluir tanto detalle
necesitaba lienzos de tamaños considerables.
Una cosa curiosa que vi es que Normal Rockwell fue coetáneo de Wodehouse. Y luego descubrí que la novela "Déjenselo a Psimth" (Leave it to Psmith) se publicó por primera vez en el Saturday Evening Post por entregas (una de las noveles más desternillantes de la historia). Menuda coincidencia.
Una de mis obras favoritas fue "The critic".
En "The critic", el autor resitúa el foco de la crítica en las pinturas que están colgadas, observando cómo el estudiante de arte analiza al detalle una de las obras. ¿O quizás están criticando al estudiante por fijarse en ciertos detalles?
De la exposición no tengo fotos, pero sí de Fort Lauderdale.
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