sábado, 30 de mayo de 2009

05-05-09: el clima de Miami en diez pasos.

Creo que la cosa que más me llama la atención de estar aquí, definitivamente, es el clima. No me esperaba tanta humedad. Afortunadamente no suben las temperaturas más de 35 ºC.

Los efectos de la humedad los vemos en:

1. Vas todo el día pegajoso, y los pelos se te pegan en el cuello y la cara. Luego entras a los sitios con aire acondicionado, y como siempre vas húmedo, te pelas de frío, y no porque el aire esté muy alto, sino porque vuelve a ser el efecto de la humedad pero en frío.

2. Cuando sales de una habitación fresquita a la calle, las gafas se empañan.

3. Cuando compras una soda fresquita, se condensa tanta agua alrededor del recipiente que comienzas a notar la mano empapada, y el agua se desliza por tu muñca, mojando la correa del reloj. Cada vez hay más agua y la correa no hace bastante barrera y comienzas a notar agua por el antebrazo, hasta que por fin alguna gota llega al codo. Y entonces entiendes que hay que envolver cada soda que compras en una servilleta de papel.

4. Todo huele a húmedo.

5. Has decidido apagar el aire acondicionado, y abres las ventanas. Y cuando vas a escribir en una simple hoja, notas el papel húmedo, con lo que se rompe fácilmente.

6. Hacer deporte al aire libre es un riesgo de deshidratación, porque sudas tantísimo que antes de quemar una sola caloría ya estás desmayado con ganas de volver a casa.

7. Después de la ducha, ¿qué pasa con el pelo mojado? Pues pueden pasar dos cosas: primero, puedes decir"¡Qué bien, me lo dejo porque hace calor y da sensación de fresquito!", y es un error porque luego no se te acaba de secar nunca, y llevas la cabeza húmeda 4 horas. La segunda cosa que puedes hacer es intentar secártelo con el secador, y digo intentar porque como al encenderlo sale más humedad del pelo, te da calor y sudas, y entonces acabas teniendo el doble de humedad a tu alrededor (ambiente+sudor+pelo). Y te caen unos goterones por la frente que tienes ganas de ducharte otra vez.

8. Cada vez que sacas algo de la nevera, es cuestión de segundos que esté goteando agua. Eso hace que los emboltorios de fruta, queso, fiambre, etc., haya que secarlos antes de volver a meterlos en la nevera.

9. Si caminas par acoger el bus, la ropa se humedece como si fueras por selva tropical. Pero sobre todo, los vaqueros, son como una esponja.

10. ¿Cómo se puede secar la ropa cuando la lavas? Pues tienes que recurrir a la secadora, buen invento. Sólo falta que después de secar la ropa, haya un programa de enfriamiento de la ropa. Porque vas a coger toda la colada, y al estar tan caliente...comienzas a sudar. Y si intentas doblar la ropa mientras está calentita porque así no se quedan arrugas, pues tienes que pensar es ducharte después, porque se queda un ambiente calentujo con olor a suavizante que no puedes hacer otra cosa que ducharte...y ya sabemos lo que pasa cuando te duchas.

¡Xe! que da igual lo que hagas que vas mojado todo el día.

Hasta Gobolino lo nota, la pobre los primeros días iba desesperada. Incluso probó el tema de la ducha porque es una zona de la casa que tiene azulejos.




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