lunes, 25 de mayo de 2009

30-04-09: viaje a Miami

Hoy es el día: volamos a Miami.

Por la mañana mucho trajín, 6 personas en casa de la abuela dan para mucho. Y encima tenemos sorpresa: ¡Rosi aparece justo antes de marcharnos! Eso estuvo genial.

Reorganizamos pesos de maletas, y nos marchamos al aeropuerto: los cinco y Gobolino en el coche. Salida de la T4, hora prevista a las 16:30, pero llegamos a las 13:00, tres horas y media antes del vuelo.

Cuando llegamos al mostrador de embarque, nos atiende un hombre que sin saberse las reglas de transporte de animales, nada más saber que llevaba una gata me dice que "Ui, pues no está permitido llevar animales a USA"..."Creo que sí, porque de lo contrario no me habrían dado el permiso para embarcarla en la central de IBERIA, ¿no?" ... "No está claro, tengo que consultarlo"...y se marcha, nos deja 10 muntos esperando y al regresar se disculpa..."Es que, claro, cada día las normas cambian, y hay que asegurarse" ... (puuffffffffffffffffffffff! ... menudo susto).

Solucionado eso, la próxima aventura es pasar el arco metálico. Hacemos recuento de lo que llevamos: Gobolino, mochila y trolley (papeles, toallitas de emergencia, pañuelos, bolsas de plástico y el maletín que tiene el ordenador portátil y el disco duro externo). Después de esperar un rato porque hemos llegado tres horas y media antes del vuelo, despedida. Pero como ya tenemos experiencia, está guay.

Y ahora sí que estamos solas. Con mochila a la espalda, bolsa de Gobolino en un hombro y trolley completo comienza el proceso. Coge una bandeja con la mano que te queda. Deja la bolsa de Gobolino en la mesa para que no le den un golpe con una maleta. Abre el trolley y saca el maletín que tiene ordenador y el disco duro. Lo dejas todo en la mesa. Cierras el trolley con todo lo que queda. Abres la bolsa de Gobolino y la sacas. La llevas en brazos y sin correa (para que no pite el arco). Ahora recuento de bultos: bandeja con ordenador y disco duro, trolley, bolsa de Gobolino y Gobolino...¡FALTAN MANOS!...el número que estamos montando es interesante...comienza a hacerse cola detrás de nosotras, pero calma, porque cada uno viaja con sus circunstancias. Los operarios y operarias al ver semejante espectáculo se ofrecen a ayudar, muy amablemente, después de decir algunas palabras a Gobolino (que está flipando y con el corazón a mil por hora). Poco a poco lo pongo todo en la cinta con Gobolino en una mano-hombro. Y pasamos el arco. ¡No pita nada! Y con una sonrisa de oreja a oreja: misión cumplida. Ahora re-organiza todos los bártulos. Los operarios de nuevo me ayudan, me recogen todas las cosas y me las ponen en una mesa a parte para que despacio lo organice todo, estupendo. Gobolino se mete en su bolsa, el portátil y el disco vuelven al maletín que estaba dentro del trolley. La mochila a la espalda.

¡ CONSEGUIDO!

Ahora a buscar un carrito para ponerlo todo y a buscar la puerta de embarque. Con la bolsa abierta en el carro, Gobolino se planta sentada y disfruta del paseo por la T4. Y claro, la gente nos mira y oímos por primera vez "¿será un muñeco?", porque está tan tiesa mirándolo todo que la gente se sorprende. Como no, la puerta no está en la T4, sino en el satélite de la T4, así que nos toca coger un tren para llegar hasta allí. Encontramos la puerta y nos instalamos porque queda una hora y media. Decidimos caminar un poco, así que con una correa, Gobolino baja del carro y se pone a cotillear por el aeropuerto. Vamos a comprar agua en un bar, y sale gente hasta de la cocina para saludarnos. Seguimos paseando y explorando, porque nos quedan muchas horas encerradas en el avión.



Cuando sólo quedan treinta minutos para el embarque, es decir, cuando ya tendría que estar el personal en la puerta vemos que no hay nadie. Con la mosca detrás de la oreja, se me ocurre preguntar a las personas que se encuentran en la barrera de los vuelos norte-americanos (porque hay una barrera que sólo los pasajeros con billete a USA pueden pasar con control de billete y pasaporte, eso es nuevo). Las personas se sorprenden y nos dicen que la puerta de embarque ha cambiado, y está en la otra punta del satélite-T4. Pues nada, cambiamos de aires. Y allí nos encontramos con que el vuelo se retrasa una hora. Y esperamos.

Cuando por fin embarcamos, encuentro nuestro asiento en pasillo y a nuestro lado se sienta una chica. Me ve con la bolsa y le pregunto si es alérgica a los animales porque vamos a viajar con una gata. Muy amablemente me dice que es alérgica a todoy me da las gracias por decírselo. Así que preguntamos a la tripulación si alguna de las dos se puede cambiar. Y decide cambiarse ella para irse lo más lejos de nosotas posible. Así que nos quedamos con dos asientos para nosotras, y entonces puedo poner la bolsa de Gobolino en el asiento y abrirla para que se asomara.



Y con el cinturón puesto, esperamos. Y esperamos. Y esperamos hasta una hora (recuerdo que ya llevamo una hora esperando en el aeropuerto). Y por megafonía nos dicen que están cambiando una rueda del avión, que se ha pinchado al aterrizar en el vuelo anterior. Estupendo.

Nosotras esperamos, tranquilamente, Gobolino en su bolsa y yo hacendo sudokus.




Y con dos horas de retraso, por fin despegamos. Como si nueve horas de vuelo no fueran suficientes. Sin pastillas tranquilizantes ni más que un lijero desayuno, volamos hacia Miami.

En todo el vuelo, Gobolino se porta fenomenal. Le dejo la bolsa abierta, pero está sujeta con la correa, por si me duermo y decide salir a explorar. Pero no pasa nada, se quedó frita como yo. En dos ocasiones, me despierto con la sensación de que hay alguien observando y al abrir lo ojos me encuentro con que 3 ó 4 personas nos están mirando. Y no tardan ni un segundo cuando me ven despierta en preguntar si es una gata de verdad ¡o un muñeco! ... porque Gobolino está apoyada entre la bolsa y mi pierna y les mira sin hacer ni un gesto. Pero ella no quiere saber nada de extraños en estos momentos, así que decide levantarde y se da la vuelta.

Después de nueve horas de vuelo y dos de espera, llegamos al aeropuerto internacional de Miami. Por fin. Y al bajar del avión, a las 21:30, hora local, notamos la primera torta de aire caliente en la cara. Esto promete.

1 comentario:

Unknown dijo...

Genial tu viaje a MIAMI, yo quisiera poder viajar, pero mis ocupaciones no me dejan aun. Para poder liberarme, Tus pies o una bicicleta de alquiler son herramientas perfectas y baratas para llegar a donde quieres ir. También hacen que sea fácil parar en cualquier lugar para posar para un selfie, o simplemente para tomarse un descanso y observar a la gente.
Fuente: travel galapagos islands