lunes, 12 de octubre de 2009

12-10-09: driving license

Como no hay forma de saber si voy a regresar a España y todo se está retrasando tanto (crucemos los dedos para saber algo a final de este mes), la aseguradora del coche me ha obligado a obtener una licencia de conducir americana.

Resulta que en USA para hacer el examen de conducir tienes que "pedir cita", o sea, pedir hora en las oficinas de tráfico, tanto para el escrito como para el de conducir. Con la ayuda de G, una de las estudiantes que trabaja en el proyecto, conseguí una cita para el lunes siguiente (o sea hoy), lo cual sólo me dejaba un fin de semana para estudiar.

Me bajé el pdf de la web de tráfico para estudiar y la primera duda, ¿me lo leo en castellano o inglés? Como no sabía si me iban a hacer el examen en castellano, lo estudié en inglés (además eran menos hojas).


Y pronto me encontré haciendo listas de vocabulario. Pensando que tendría que estudiar el código de circulación estadounidense, me encontré que el libro sólo tiene normas básicas, donde ni si quiera aparecen todas las señales que existen, es mucho más divertido: te dicen que las señales se agrupan por colores y por forma, así que tú te imaginas todas las pobilidades que quieras con los textos que quieras y boilá, cuando te crees que las tienes todas ves que no es cierto. Aquí se inventan las señales por momentos, como tienen esas dos dimensiones (color y forma) pues asumen que los conductores leerán lo que ponen nuevo dentro de ellas. Por ejemplo, durante el viaje familiar cruzamos autovías donde la velocidad máxima variaba según la hora del día, pues el libro ni menciona eso. Además, para hacerlo más interesante, muchas cosas son hasta contradictorias con nuestro código de circulación. Hay que decir que la lectura se hizo divertida.

Incluso con Samantha de copiloto, me perdí dos veces y casi llego a la China y he llegado 15 tarde. Era como un ambulatorio de los españoles: una recepcionista con voz nasal porque las gafas hacen equilibrios en la punta de la nariz mientras comprueba que estás registrada para hoy, y te da un numerito como en la carnicería. Esperas en un vestíbulo lleno de sillas, donde los blancos se sientan con blancos, los negros se sientan solos y los latinos con sus mujeres e hijos. Padres con adolescentes que quieren sacarse su primera licencia (que sólo les permite conducir de día y acompañado de un adulto), gente que quiere pagar multas, gente que renueva licencias, gente que quiere obtener nuevas licencias para conseguir nuevos trabajos, algunos hasta estudiando del libro mientras esperan y luego estaba yo.

Espero 30 minutos, y me llaman para hacer el examen teórico. Me dirijo al mostrador 13 y me atiende un señor de origen latino con problemas de ceceo: "Zu pazaporte, por favor. Amandaaaaaaaaa...qué bonita ez Ezpaña...de qué parte ez uzted...¿cerá que la paella Valenciana ez de allí? Zi ez que aquí ce aprenden muchaz cozaz. Ordenador 1". De pie, en mi ordenador, tardo 15 minutos en hacer un examen, que con fines educativos te informaba de la opción correcta cuando te equivocabas: 20 preguntas de reglas y 20 de reconocimiento de señales.

Me siento de nuevo en el vestíbulo y espero a que me llamen para hacer el examen práctico, y 30 minutos después me llama Barbara. Una mujer menuda con un pelo larguísimo que esconde canas bajo el tinte castaño: "Hello Amanda, yo soy Bárbara y voy a ser tu examinadora, te voy a dar unas instrucciones y tú las tienes que seguir. Te advierto que no hay trucos en el examen.". Que si ves recto, que a la próxima a la derecha, que ahora paras y giras a la izquierda, da la vuelta en esta plaza, métete ahí que vamos a hacer un giro de tres puntos, cómo se aparacaría en pendiente...Llegamos de vuelta al centro: "Bueno Amanda, tengo que decirte que lo has hecho muy bien- Muchas gracias, Barbara, llevo conduciendo unos años." .

Por supuesto que  me toca pagar antes de salir de allí la friolera de $48, pero comparando con España no es nada. Detalles curiosos: para hacer el examen práctico tienes que aportar tú el coche, y si suspendes no pasa nada, te vuelves a tu casa a practicar y cuando estés listo vuelves a pedir cita. Y el giro de tres puntos es un ejercicio obligatorio (porque ¿¿¿qué haríamos sin este tipo de giros???).


De momento sólo tengo un papel que dice que tengo licencia para conducir, en cuanto tenga el carnet lo enseño.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Crucemos los dedos... para saber pronto y para que haya suerte.

Mar. dijo...

Jajajajaja. A vaca lechera Amanda? ¡xdd! A vaca lechera.. ¡xdddddddd!

Cómo fue la vuelta?