Dando vueltas al fracaso llegué a la conclusión de que la levadura estaría pasada, busco levadura fresca (yeast) y lo vuelvo a intentar con un bizcocho de yogur, y de nuevo fracaso absoluto. Del proceso aprendo que quizás la harina no era la más adecuada ya que después de leer con más detenimiento del que me permite el frenesí del supermercado, me doy cuenta de que era harina de pan.
Así que con harina multiusos y levadura fresca pruebo otro panquemao aunque ya estaba bien pasada la Pascua. Y de nuevo un fracaso absoluto. ¿Y por qué? Pues un misterio. Las proporciones creía que eran las correctas, la masa no hubo forma de que subiera, ¿sería entonces la levadura? el bollo estaba salado y asqueroso, con sabor a bicarbonato. Igual era el yogur que estaba unos días caducado o que le había hechado poco azúcar.
Nuevo intento con rosquilletas. De nuevo la masa no sube (¿por qué? me pregunto) pero sigo todo el proceso de horneado. Al enfriar las pruebo y de nuevo ese sabor como de bicarbonato salado y que no me permite ni tragarme un mínimo pedazo.
Eso ya me mosquea y allá que me leo las instrucciones de la levadura: PARA LIMPIAR MICROONDAS, ENCIMERAS, PUERTAS DE ELECTRODOMÉSTICOS, ETC.
¿¿¿¿cómoooooooooooo????
He estado usando una especie de bicarbonato para limpieza que venden en la misma estantería que las levaduras y las cosas de repostería....¿me quiere decir alguien quien demonios iba a sospechar que eso era un producto de limpieza llamándose BAKING SODA en la sección de repostería?
Impresionante novatada.
Está permitido reírse hasta partirse en dos, porque yo ya lo he hecho.
Pero por fin, con la levadura y harina adecuadas he conseguido unas rosquilletas y un panquemao de lujo que todavía no me creo, ahí queda eso:
El panquemao subió y dobló el tamaño, pero tengo que pulir todavía la técnica.
En cambio las rosquilletas salieron estupendas.
Las hice de 4 sabores: con romero, con cominos, con anises y con semillas de amapola (poppy sheeds).
2 comentarios:
¡No me lo puedo creer!
Ni lo del bicarbonato limpiatodo ni esa aficción a la reposteria casera. ¡Impresionante!
Jajajaja...es una forma como otra cualquiera de evadirse de este mundo...¡la alquimia casera!
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