Es impresionante lo que me costó encontrar un telediario en el que hablaran de la reforma por estos lares, o la bill (factura) como la llaman por aquí.
Alguien dijo una vez que el lenguaje es un reflejo de los pensamientos... y ¿bill? (¿factura?) no podría ser una casualidad. Así que después de empollarme algún que otro artículo, he entendido que la palabra elegida se ajusta a la perfección. Todo es sobre gastos, gastos, gastos, números y más gastos. ¿Y derechos? ¿Y las nuevas ideas? ¿Y las promesas? (ya falsas) Ahora se consigue que un gobierno, de cuya capacidad adminsitrativa nadie se fía, se vaya a encargar de mediar entre las aseguradoras y los ciudadanos. ¿No será ésta una nueva moneda de cambio de los negocios entre el gobierno y aseguradoras privadas? ¿no dará pie esta bill a futuras relaciones oscuras con serios conflictos de intereses entre gobierno y aseguradoras?
No tiene nada de reforma.
Curiosamente, después del fenómeno de ayer, hoy se escuchaba más reform (reforma) ... ¿hipocresía? ¿serán las ganas de que ocurra? ¿es una estrategia para convencer al resto del mundo? o ¿es para autoconvencerse de que hay algo de progreso en su estancada y retrógrada sociedad?
Lean y juzguen:
The Economist
The New York Times
Washington Post
Ancient to the Future
Hace 2 horas
4 comentarios:
Lo saqué de un ejercicio de clase!
¿el qué?
cuidadín con las faltas de ortografía
tuve un momento de empanada mental poliglótica...perdón :P
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